En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Banco de Alimentos de Bucaramanga reafirma su compromiso con la sostenibilidad ambiental, a través de iniciativas como REAGRO, que permiten reducir la perdida de alimentos, proteger los recursos naturales y, al mismo tiempo, combatir el hambre en comunidades vulnerables.
Alimentar sin desperdiciar: una solución para el planeta
Gracias al programa REAGRO, durante el año 2024 se recuperaron 22.293 kilogramos de productos agrícolas, provenientes de campesinos del municipio de Charta y del centro de abastecimiento mayorista Centroabastos. Estos alimentos, que no fueron comercializados por excedentes o razones estéticas, fueron rescatados antes de convertirse en residuos y aprovechados para alimentar a quienes más lo necesitan.
Un impacto ambiental y social
Los alimentos recuperados beneficiaron a 11.924 familias en situación de vulnerabilidad en Santander. Este esfuerzo no solo ayuda a combatir el hambre, sino que también representa un aporte importante en la reducción de gases de efecto invernadero, ya que se evita que los alimentos se descompongan en vertederos y generen emisiones contaminantes.
Al rescatar productos directamente del campo y los centros de acopio, el Banco de Alimentos de Bucaramanga promueve un modelo de consumo responsable y economía circular, valorizando cada kilo de alimento y reconociendo el trabajo del agricultor.
Aliados del campo, la ciudad y el planeta
Este resultado ha sido posible gracias a la articulación con productores locales, voluntarios, donantes y empresas comprometidas con la sostenibilidad. REAGRO demuestra que es posible lograr un impacto ambiental positivo mientras se transforma la realidad de miles de familias en la región.
Hoy más que nunca, alimentar también es cuidar la Tierra
En este Día Mundial del Medio Ambiente, el Banco de Alimentos de Bucaramanga invita a la ciudadanía, al sector privado y a las instituciones públicas a sumarse a este propósito común: proteger el planeta reduciendo el desperdicio de alimentos y asegurando que cada recurso cumpla su verdadero propósito: alimentar vidas.